Doce años preñados de motivos, felices y adversos,
pensamientos bullen en mi mente pendiendo de un hilo,
se deslizan a hurtadillas desde mi corazón al lápiz
para verter su esencia en la alquimia de mis versos
palabras liberadas sobre una nívea hoja de papel
danzando sin cesar al son de mis latidos
derrochan piruetas cargadas de empatía
acariciando el alma con los cinco sentidos
indómitos sentimientos fluyen, a veces a mi pesar,
mimetizando sus colores con la vida y su paisaje,
una docena de años meciéndome en este oleaje
feliz de parir poemas tan cambiantes como el mar