cuando atrapa entre sus pliegues los momentos a su antojo,
si han sido instantes felices, hace que parezcan breves,
pero perduran por siempre recuerdos amargos...duros...penosos
veo tu carita de ángel igual que si fuera ayer
a pesar de haber pasado mas de treinta largos años
y sigue abierta una herida en el centro de mi alma
de la que brotan a mares lágrimas dolor y hiel
poso mis labios trémulos en tu frente helada
y mi corazón quisiera dejar de latir,
es tan nítido el recuerdo que el dolor me parte el alma
y sufro pensando el absurdo de nacer para morir
el tiempo, siempre caprichoso, hace eterno ese recuerdo,
manteniéndolo en mi mente crudo, límpido y amargo
como aquel aciago día que un querubín subió al cielo
y dejó rota a su madre, que sueña con abrazarlo