domingo, 6 de junio de 2010

celos del mar


con la mirada perdida en el horizonte
y un halo de tristeza en cada surco de su piel
deja caer la ultima lágrima rebelde
mientras mira sin ver ese precioso atardecer

lanza con rabia sus preguntas en silencio
sobre la espuma de las olas, a sus pies,
y espera y desespera una respuesta,
pero la mar altiva no le quiere responder

toda una vida esperando, envuelta en celos,
que su amor se cansara de su amante de agua y sal
y se quedara para siempre entre sus brazos
saciando con caricias la soledad de sus noches,

pero la mar ganaba siempre la batalla,
segura de su belleza y su embriagador perfume
y le arrebató a su amor, entre sus aguas,
abandonándola sumida en su dolor y sus reproches

1 comentario:

César dijo...

Que nada te amargue un atardecer..!

Bonito poema.