brama de consternación el mar,
testigo mudo de la sinrazón,
acoge en su lecho y mece en silencio
a dos inocentes sirenitas,
víctimas de un odio atroz
desatado en los infiernos
dos límpidas miradas infantiles
a las que un humano infame
arrebató su luz angelical
y condenó a dormir el sueño eterno
es difícil entender que un corazón
pueda albergar tanta maldad entre sus latidos,
sembrando tras de sí tal desconsuelo
que haría falta un corazón de hielo
para poder otorgarle el perdón
2 comentarios:
Está genial Guiti🤗🥰💐
El tema es muy triste, aún así y todo lo llenaste de desgarradora ternura, emociona al leerla
LUIS
Conmovedor, con qué claridad expresas esos sentimientos que a todos nos remueven por dentro
Beatriz GP
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