sábado, 12 de junio de 2021

Olivia y Anna

brama de consternación el mar,
testigo mudo de la sinrazón, 
acoge en su lecho y mece en silencio
a dos inocentes sirenitas,
víctimas de un odio atroz
desatado en los infiernos

dos límpidas miradas infantiles
a las que un humano infame
arrebató su luz angelical
y condenó a dormir el sueño eterno

es difícil entender que un corazón
pueda albergar tanta maldad entre sus latidos,
sembrando tras de sí tal desconsuelo
que haría falta un corazón de hielo
para poder otorgarle el perdón

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está genial Guiti🤗🥰💐
El tema es muy triste, aún así y todo lo llenaste de desgarradora ternura, emociona al leerla
LUIS

Anónimo dijo...

Conmovedor, con qué claridad expresas esos sentimientos que a todos nos remueven por dentro
Beatriz GP