viernes, 17 de septiembre de 2010

atardecer


me gusta pasear cogidos de la mano
en esa hora mágica que todo lo transforma,
cuando la luz del sol exhibe su halo romántico
y la tierra nos deleita con su derroche de aromas
*
las copas de los árboles lucen tonos dorados
antes de recortar en el cielo sus siluetas,
y juegan a ser cómplices de los guiños de luz
y a fundirse en esa maravillosa gama de violetas
*
increíbles pinceladas de música y poesía
escritas en el cielo por los rayos del ocaso,
que se cuelan en el alma de ojos enamorados
cuando caminamos juntos, disfrutando a cada paso

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Esa hora, cuando todo se transforma". Era verano... la estación en su crepúsculo; era el final del día. Yo sé de qué escribes pues, en ese momento, me hallaba pintando de púrpura dorada los paisajes, para tus ojos; impregnando los pinceles en una paleta de luces de sol y tierra.
En esa hora, pensé que también se puede percibir la magia de la alquimia; que todo se amalgama en un concierto maravilloso de sonido y color. Es "el oro de la vida"; ninguna riqueza puede superar tal fulgor...sólo el AMOR.
CAYO