viernes, 5 de marzo de 2010

encaje de perlas


en una plácida tarde de otoño
paseaba sin rumbo, y me senté en un banco,
había ante mis ojos una bella alfombra
de hojas de colores, que el viento tejió

cuando , un pajarillo de hermoso plumaje,
callando sus trinos se posó en un charco,
aseando sus plumas, me miró confiado
y con delicadeza de su agua bebió

luego emprendió el vuelo y se posó en la rama
de un viejo tomillo, al lado del camino
y, sin darse cuenta, destrozó el encaje
de seda y de perlas, que había junto a él

lo observé en silencio, y en mi pensamiento
esbocé una sonrisa, por lo sucedido
igual que en la vida, los sueños de encaje,
de un sólo plumazo quedan destruídos

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