domingo, 21 de febrero de 2010

primer amor


éramos dos niños todavía
cuando despertamos al amor,
y, lo mismo que una rosa, nuestros cuerpos
iban mutando de capullo a flor...
largos suspiros y guiños
de cristalinas miradas,
notas furtivas de amor eterno,
y el corazón se desbocaba...
*
y a al hora del recreo,
mientras los demás jugaban,
continuaban los suspiros
y las eternas miradas...
y si acaso el leve roce de tu mano
por un instante buscaba la mía,
desataba un sinfín de mariposas
que mis mejillas de rubor cubrían
*
era el candor del primer amor puro,
con cascabeles de risas y alegría,
que irrumpía como ráfagas de viento
dejando huellas que jamás se olvidan

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